Las manos se dañan con sorprendente facilidad, en especial con bruscos cambios de temperatura que hacen estragos en nuestra piel. Para frenar los problemas de raíz, debes aprender cómo hidratar la zona de la forma correcta.
Solo así lograrás que mantenga su elasticidad y que esté protegida frente a factores externos como el polen, las inclemencias temporales o los lavados continuos.
De esta manera, aunque el invierno no se vaya por completo ni la primavera acabe de llegar del todo, estarás preparada para cualquier situación.
¿Por qué debes vigilar tu nivel de hidratación?
Antes de ponernos manos a la obra, quiero explicar brevemente las razones por las que debes prestarle atención a lo hidratada que está tu piel, porque esto es lo que determina lo sana que se mantendrá.
El motivo es que nuestro cuerpo necesita un nivel alto de agua, pues estamos formados en gran parte por este líquido.
Sin él, la dermis se seca y pierde elasticidad, lo que a su vez hace que se quede tirante, que se agriete y que incluso se descame o salgan heridas.
Es decir, si no cuidas tus manos, adoptan un aspecto poco estético, se dañan y pueden llegar a doler o picar, una sensación que es especialmente molesta porque es muy complicado resistirse al rascado.
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En cuanto a las razones por las que estas zonas se deterioran más rápido que otras áreas del cuerpo es porque la piel en ellas es más fina y, por tanto, más frágil, así que es normal que se rompa antes.
Encima, es una zona en constante exposición, pues las usamos a diario para prácticamente todo.
Los mejores métodos para hidratar las manos
Una vez ha quedado claro que la hidratación es fundamental, ha llegado la hora de descubrir las distintas maneras por las que puedes obtener una nutrición correcta que mantenga tus manos en perfecto estado.
En cualquier caso, puedes apostar por productos profesionales o por cosméticos caseros, aunque mi recomendación es que optes por los comerciales, que serán más eficaces en menos tiempo.
Utiliza la crema de manos todos los días
Para empezar, hablemos de la que considero la mejor solución, ya que es cómoda de aplicar, proporciona un alivio inmediato y, a su vez, permite conseguir buenos resultados en un periodo de tiempo muy breve.
Efectivamente, estoy hablando de las cremas hidratantes. Aquí tienes una selección de las mejores cremas de manos del mercado.
La clave reside en los elementos que la compongan, así como en las cantidades en las que aparecen.
Para conseguir una buena nutrición, busca sobre todo ingredientes humectantes como la manteca de karité o el ácido hialurónico.
Tampoco vienen mal sustancias anti-irritantes o con propiedades regeneradoras, como el aloe vera.
Además, las bases oleosas son preferibles para conseguir combatir la sequedad, aunque ten cuidado con ellas si tienes problemas de sebo, porque pueden aportar algo de grasa extra.
Por otro lado, huye de aquellas en cuya fórmula aparezca parabenos, irritantes, alcoholes o un exceso de conservantes, sobre todo si tienes la dermis sensible, porque pueden llegar a dañarte las manos.
En relación a la textura, encuentras cremas de todo tipo.
Desde aquellas más densas y untuosas (más hidratantes), a las ligeras (se absorben más rápido, pero nutren menos), por lo que busca la que más cómoda te resulte y mejores resultados te proporcione.
Aprovechar al máximo sus beneficios también tiene que ver con cómo la aplicas.
Para ello, úsala mejor en el momento posterior a la ducha, hazlo sobre las manos previamente limpias, reparte una capa uniforme y realiza movimientos circulares para fomentar que se asimile.
Recuerda aplicarla al menos dos veces todos los días. Piensa que puedes repetir el proceso cada vez que lo necesites o notes la zona algo rugosa o seca, porque es cómo conseguirás grandes resultados.
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Utiliza mascarillas y date masajes
Si quieres conseguir una dosis extra de nutrición, hay dos maneras igualmente cómodas de conseguirlo.
Por un lado están las mascarillas, que al igual que las faciales, nos sirven para hacer que las manos se recuperen y se hidraten mucho en un tiempo récord.
Su método de empleo consiste en dejarla reposar en torno a quince minutos (aproximadamente, dependerá del tipo de producto) y, después, retirarla con abundante agua templada o fría, nunca caliente.
Por otro lado, los aceites esenciales son estupendos para realizar un buen masaje.
Con movimientos circulares y presión, se fomenta la asimilación y se reactiva la circulación, lo cual es muy beneficioso porque así la sangre aportará a la zona los nutrientes adecuados para que se mantenga sana.
Simplemente tienes que elegir aquellos con las propiedades que necesitas en cada momento.
Para nutrir a fondo, los de aguacate o de coco; para frenar el envejecimiento prematuro, el aceite de rosa mosqueta o el de jojoba; y para proteger y restaurar, el de argán.
Apuesta por las exfoliaciones semanales
Por último, para potenciar los resultados de los productos hidratantes, es importante la exfoliación, un método que sirve para acabar con las partículas que se acumulan y le dan un aspecto áspero, apagado y deslucido.
Al fin y al cabo, esta técnica consiste en eliminar las células muertas y los restos de suciedad, sebo y polvo que se agolpan en la superficie de la dermis a lo largo del día.
Encima, permite promover la renovación celular.
La consecuencia es que las manos quedan limpias y aparece una nueva capa de piel más tersa, sana, uniforme y luminosa.
Aunque, si abusas, también puedes romper la barrera de protección natural y dañar la zona, por lo que debes ir con cuidado.
Para empezar, nunca realices la exfoliación sobre la piel previamente dañada. Asimismo, debes usar el producto después de la ducha, que es cuando será más eficaz, pero a la vez menos abrasivo.
Si lo prefieres, ayúdate o emplea herramientas como los guantes de masaje o las esponjas vegetales.
En cuanto a la frecuencia, con que lo hagas una vez a la semana será más que suficiente para conseguir buenos resultados, salvo que tengas problemas de sensibilidad, en cuyo caso espacia las sesiones.
Además, una vez termines el proceso, usa tu crema hidratante favorita, para conseguir que las manos se recuperen rápido y que el cosmético penetre mejor, ofreciendo así mejores efectos humectantes.
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Algunos consejos de prevención
Aunque emplear cosméticos ideados para devolverle la hidratación a la dermis es vital, es igualmente interesante evitar que las manos se sequen en primer lugar.
El problema es que esta sequedad se produce por diversos motivos, por lo que tendrás que tener varios factores en cuenta.
Uno de ellos es el clima, que, como ya imaginas, afecta en gran medida al estado de la piel. Así que huye de las temperaturas extremas y de los ambientes muy secos.
A su vez, el entorno en el que te mueves es clave, por lo que evita los entornos con humo (del tráfico, de la contaminación o del tabaco).
También tienes que tener cuidado con las sustancias con las que entras en contacto, ya sean plantas irritantes o productos de limpieza o higiene muy abrasivos.
Cuando limpies utiliza siempre guantes, para tener la zona bien protegida.
Respecto al jabón que empleas, vigila su formulación tanto como la de los cosméticos que usas e intenta que tengan un pH que se adapte bastante al de la dermis.
Tampoco uses telas que piquen o no transpiren bien en esa área ni bisutería que te genere reacción alérgica.
Por último, te voy a dar el que seguramente sea el mejor consejo de todos: si quieres tener una buena nutrición, bebe en torno a dos litros de agua a diario.
Para conseguirlo, ten siempre acerca un termo con agua, de grifo, mineral o con trocitos de fruta, lo que más te guste, para que te cueste menos tomarla.
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Con todas estas pautas, espero que ya entiendas cómo hidratar las manos de una manera correcta y adecuada, de forma que la piel de esa zona se mantenga en perfecto estado.