Cara

Tipos de piel: cuál es el tuyo y cómo debes cuidarlo

Aunque pueda parecer un tema fácil de resolver a priori, lo cierto es que si ahondamos en los diferentes tipos de piel, podemos quedar abrumadas/os.

Este asunto, delicado y complejo por igual es la base para el cuidado del órgano más grande nuestro cuerpo, ya que si no conocemos con qué tipología contamos, difícilmente podemos realizar los cuidados que nuestra tez necesita y mucho menos, planificar una buena rutina facial.

Por lo tanto, es un tema que debemos tener muy claro, consultando siempre de primeras con un especialista y como apoyo, leyendo artículos como el que desarrollamos a continuación, con el que todas tus dudas acerca de cuál es tu tipo de piel y cómo debes cuidarlo, quedarán resueltas.

Es importante que sepas que existen múltiples opciones y que incluso éstas pueden combinarse entre sí, por ejemplo, puedes contar con una piel que sea mixta y sensible o mixta y seca.

Además, el diagnóstico puede cambiar con los años, porque con la edad nuestros tejidos cambian, mostrándose en algunas ocasiones más secos o más debilitados, como sucede en la con los cuidados durante la etapa de la menopausia.

Dicho esto, creemos que ha llegado la hora de que este asunto quede bien claro. Para todas aquellas/os los que vuestra piel es mucho más que un sólo recubrimiento y os interesa conocerla mucho más a fondo… ¡continuar leyendo!.

1. Piel normal

piel normal

Se trata de la tipología más equilibrada ya que cuenta con un nivel de hidratación óptimo y además, no es ni muy grasa ni muy seca.

Sin embargo, esto no significa que no pueda sufrir cambios o alteraciones a lo largo de nuestra vida, ya que como bien hemos señalado al inicio del artículo, nuestros tejidos cambian dependiendo de la etapa en la que nos encontremos.

De hecho, con la edad puede volverse más seca, debido a la pérdida de colágeno o elastina. Le caracteriza los poros finos, el tono uniforme, un aspecto liso y suave.

De igual modo, no suele cambiar de tono de una forma fácil, siendo bastante neutra.

Cuidados

  • Se aconseja realizar una limpieza facial de forma diaria, siempre por la mañana y por la noche.
  • Utiliza una buena hidratante facial con activos como el aloe vera, que no sea muy agresiva. Se aconseja que cuente con agentes emolientes e hidratantes por igual, para así restaurar la grasa natural y la suavidad.
  • Exfoliaremos tanto una vez a la semana, o en su defecto, cada 10 días.

2. Piel mixta

No se trata de una tez seca ni una tez grasa, sino que se encuentra a mitad de camino entre ambas. Son visibles las zonas más grasas, en la conocida como zona T, que comprende tanto la frente como la nariz y la barbilla.

De igual modo son visibles las áreas donde la sequedad es mayor.

A veces se puede confundir con las pieles normales, ya que no presentan una cantidad de sebo muy excesiva.

Ya que cuenta con una cantidad mayor de grasa en la zona T, es habitual que estas áreas se presenten alguna que otra imperfección, como por ejemplo, algunos granos.

Aunque pueda parecer que sus cuidados son complejos, si seguimos las pautas correctas, guiados siempre por un especialista, será una misión fácil.

Cuidados

  • Debemos limpiarla dos veces cada día, por la mañana y por la noche, utilizando siempre un producto de limpieza que sea de calidad.
  • Se recomienda utilizar productos que no sean muy oleosos ni demasiado abrasivos, para evitar así que se forme acné.
  • Incorpora en tu rutina una crema que sea libre de aceites comedogénicos.
  • Usa un protector solar a diario, FPS 50 que sea también oil free.
  • En las zonas que cuenten con una tendencia más seca, utiliza solo productos que cuenten con agentes humectantes concretos, por ejemplo, en los labios, las mejillas o el contorno de ojos.

3. Piel seca

Su característica principal es que cuenta con niveles de grasa bajos, por lo tanto esto hace que la sequedad esté muy presenta y que sea muy vulnerable ante condiciones más extremas o agentes externos.

Tiene una sensibilidad alta, alterándose fácilmente. Cuando se expone al roce o la frotamos directamente puede descamarse de forma fácil y se siente más áspera de lo habitual.

De igual modo, son altamente vulnerables a los cambios de clima, y sufren bastante a causa del frío, por ejemplo.

Suelen contar con un tono rojizo bastante característico, sobre todo en el área de las mejillas y la nariz.

Les suele afectar bastante la calidad del agua, porque si se trata de un agua especialmente dura, la sequedad será aún mayor. Suele contar con un tono mate, sin brillo y los poros, más bien cerrados.

Cuidados

  • A la hora de realizar la limpieza facial siempre utilizaremos agua tibia y utilizaremos productos con cualidades humectantes, como los aceites limpiadores, por ejemplo.
  • Utilizaremos tónicos faciales que no lleven alcohol, para evitar que nuestros tejidos se tornen mucho más secos.
  • Añade un buen suero antiedad que tenga cualidades humectantes, además de no descuidar el uso
  • Respecto a la exfoliación, ten en cuenta que se aconseja realizarla cada 15 días y evita usar productos que sean muy abrasivos.
  • Cuida tu rostro y mímalo de una forma especial, este tipo de dermis requiere una atención especial.

4. Piel grasa

Piel grasa

Estamos ante otra de las tipologías que requiere un extra de cuidados, ya que es habitual que tengamos que lidiar con la aparición de espinillas y granos, debido a los niveles de grasa y sebo, más elevados de lo habitual.

Es muy frecuente que esto sea perceptible al tacto, y visualmente, ya que suele contar con más brillos debido al exceso de grasa.

Otra de sus características es su textura, más gruesa y con los poros más dilatados. De igual modo puede verse afectada por el daño de diferentes bacterias, provocando infección, incluso, la formación de algunas cicatrices.

El exceso de grasa no solo será visible en la zona T, ya que los problemas también pueden presentare en otras zonas de nuestro cuerpo, como la espalda, el pecho o en los brazos.

Sin embargo, no todo son malas noticias, ya que la parte positiva es que gracias al exceso de grasa, está más protegida y los signos de la edad tardan mucho más en ser visibles.

Cuidados

  • Será muy importante realizar una limpieza facial todos los días, limpiando y desmaquillando el rostro, tanto por la mañana como la noche.
  • Exfoliaremos solo una vez a la semana, utilizando un producto que sea suave y refrescante, por ejemplo, tipo gel.
  • Evita tocar los granos y espinillas, ya que únicamente empeorarás su estado y podrías causar infección.
  • Utiliza un fluido que sea hidratante específico para este tipo de dermis, es decir, que no cuente con aceites comedogénicos, por ejemplo.
  • No utilices cosméticos que cuenten con ingredientes comedogénicos, evitando así la acumulación de grasa e impurezas.
  • Decántate por sueros con ingredientes para tez grasa.
  • Debemos mantener una alimentación saludable, esto es crucial para todas las tipologías, pero en este caso debemos prestar una atención especial, ya que debemos evitar a toda costa el consumo de alimentos muy grasos.

5. Piel sensible

En este caso, es muy reconocible, ya que las/os que contáis con esta tipología sabéis lo vulnerable que es, ya que se altera de una forma instantánea.

Tras utilizar un cosmético que no sea concreto es posible que notes ardor o picazón. Reacciona y se altera enseguida ante las fragancias o perfumes y la piel puede mostrarse con un aspecto irritado o escamosa.

Cuidados

  • Utiliza solo productos específicos, para evitar así las irritaciones o enrojecimientos.
  • Evita el uso de agentes irritantes como el alcohol y las fragancias.
  • Decántate solo por alternativas que presenten pocos aditivos y productos que cuenten con agentes antiinflamatorios y calmantes.

 6. Piel acnéica 

Se piensa, a veces, que los tejidos acnéicos son iguales que las pieles grasas, y es cierto que comparten algunas características, pero realmente tienen premisas diferentes.

En estos caso, los brotes de acné suelen ser mucho más agresivos, provocados en muchas ocasiones por alteraciones hormonales, más complejas de tratar.

La cantidad elevada de sebo hace que la actividad de regeneración y renovación celular quede afectada, disminuyendo.

De este modo, las células no quedan liberadas y se van acumulando en nuestra piel, dando paso a la formación de imperfecciones y acné.

Pueden darse cuadros infecciosos, sobre todo en las zonas donde el acné es más severo. De una forma general, la piel es más sensible y tiene un aspecto áspero, grueso y desigual.

Cuidados

  • Será crucial el uso de productos muy específicos para tratar el acné.
  • Utiliza de una forma constante productos con agentes exfoliantes e hidratantes, con los que evitar y mejorar la formación de brotes.
  • Limpia el rostro de una forma suave, para evitar de este modo que los brotes florezcan, realizando por ejemplo una doble limpieza facial.
  • Incluye en tu rutina productos con arcilla, Ácido Salicílico o Retinol.

Ya que conoces mejor las propiedades y cuidados de cada uno de los tipos de piel, y siguiendo siempre los consejos de un especialista, puedes comprender mucho mejor cuáles son las necesidades de tus tejidos.

tipos de piel

¡Ahora solo queda utilizar los productos más apropiados y cuidar tu dermis como se merece cada día! No olvides que la constancia es un pilar esencial para ver buenos resultados.